(Columna de Opinión de Guillermo Pisapia)
No hay caso. Cuando parecía que la angustiosa clasificación a la siguiente fase de la Copa Sudamericana significaría un envión importante, tanto en lo anímico como lo futbolístico, para repuntar en el torneo Apertura, terminó sucediendo finalmente lo contrario. El equipo, ante Quilmes, dejó una imagen que, sin ninguna a dudas, encendió la bronca de los hinchas de Independiente, quienes le volvieron a apuntar por este crítico momento al presidente Julio Comparada y al manager César Luis Menotti. Pero algunos, tampoco se olvidaron de Daniel Garnero, a quien acusan también de que el equipo se encuentre sumergido en el fondo de las posiciones (sumó apenas 3 puntos de los 18 que se llevan diputados).
Ahora bien, ¿quién es el principal responsable de esta debacle futbolística e institucional que atraviesa el club de Avellaneda? Creo que cada de los personajes mencionados líneas arriba tienen parte de culpa.
Si bien desde la dirigencia siguen “bancando” a los cuatro vientos el proyecto deportivo encarado con la llegada de Garnero y el proceso que comanda el manager Menotti, el entrenador también respira un poco más gracias al pasaporte logrado la semana pasada, a los octavos de final del certamen continental. Mientras espera a su próximo rival, el rendimiento en el campeonato local, en vez de levantar, se diluye y el equipo juega realmente mal, como se vio claramente en el partido del último domingo. Si los resultados positivos continúan sin aparecer, ¿aguantará Garnero para dirigir al equipo en la próxima instancia de la Sudamericana? El propio entrenador ya ratificó que tiene fuerzas para seguir. ¿Dirán lo mismo desde la dirigencia? Por ahora, a vox populi, reflejan el total apoyo hacia el técnico, pero habrá que ver hasta cuando estarán en condiciones de soportar esta difícil presión.
Ya no hay vuelta atrás. Se fue Américo Gallego. Atrás lo siguieron otros jugadores, que era calificados de “jerarquía” dentro de un plantel que estuvo muy cerca de logra el título. Comenzó una nueva temporada y arribaron otros, quizás de no tanto renombre. El equipo no funciona. Cada vez juega peor. Y ni hablar de los problemas económicos. El Memoria y Balance que será presentado el próximo 30 de setiembre volvería a dar negativo. Por eso el futuro es cada vez más incierto.
