Jonathan Menéndez erró una jugada clarísima ante Racing, yéndose mano a mano con el arquero sobre el final del primer tiempo y volvió a fallar en un partido clave como pasó ante Boca.
Contra el Xeneize, luego de una excelente jugada de Sebastián Palacios (penal no cobrado de por medio), le quedó la pelota servida en bandeja para definir ante la salida de Esteban Andrada y la desperdició enviándola por encima del travesaño. Iban 30 minutos de la primera etapa con un Rojo que era superior al rival y que podría haber sido el 2-0 para manejar mejor el partido.
Ante la Academia, la situación la generó Silvio Romero, comandando un contraataque por una perdida en mitad de cancha, condujo, esperó a Jony que le pasara y le recortó muy bien para quedar cara a cara con Gabriel Arias, pero lamentablemente el resultado fue el mismo. La pelota se fue por al lado del palo, esta vez por abajo en vez de por arriba. Era una de las últimas del primer tiempo y fue la situación más clara que tuvo el Rey de Copas (casi la única) en el clásico, fundamental para abrir un partido cerrado.
Como si fuera poco, solo minutos después, recibió un envío largo de Sergio Barreto que lo iba a dejar nuevamente mano a mano pero entre el mal pique de la pelota y su mal cálculo, el balón le pasó por encima de su cabeza. ¿Casualidad o causalidad? Un detalle a tener en cuenta es que ambas chances le quedaron para su zurda, su pierna menos hábil, aunque Menéndez ha marcado hasta desde afuera del área con ella. Lo cierto es que el delantero volvió a fallar en un partido de peso y esa presión pudo haberle jugado una mala pasada.