La victoria ante Racing en el Clásico de Avellaneda era una prueba de fuego para muchos futbolistas. Lucas González se hizo dueño en la mitad de la cancha y tuvo una noche consagratoria.
Saltita arrancó de titular junto a su compañero en el mediocampo Lucas Romero, quien se resintió de su lesión y a los 16 minutos debió abandonar el terreno de juego. En su reemplazo ingresó Domingo Blanco y juntos formaron un buen tándem, a pesar de que ninguno de los dos presenta características ampliamente defensivas. Presionaron, recuperaron y aprovecharon su velocidad para salir rápido de contra.
Jugó los 90 minutos del partido y entregó 31 de 36 pases correctos (81.8%). En lo que más se destacó fue en las recuperaciones de pelota (8) y en los duelos terrestres (7). También fue claro y efectivo a la hora de salir jugando, ya que completó 2 de 2 gambetas exitosas y solo cometió 2 infracciones -determinante al no ser jugador de marca-.
Además, realizó 3 entradas, 2 despejes, 1 intercepción y 1 pase clave. Su labor junto a Blanco no hizo extrañar la ausencia de Romero en el medio. Inclusive, ambos se soltaron más y jugaron libremente.
Poco a poco, Lucas González está a ratificando su buen presente y transformándose en una pieza inamovible para Julio Falcioni.